HIJA A PUNTO DE MATRIMONIO
En el despertar
cuando la luna se había guardado
y también el dolor abandonaba mis piernas
y mi vientre
apareciste vos,
criatura
alumbrada por mí.
Acuñada en mis brazos
sonrosada y exhausta tras tu atropellado viaje
de astronauta viajando entre mis carnes
me miraste con ojos soñolientos
Y te vi sonreír
como si supieras que me conocías
como si vos también, igual que yo,
hubieses imaginado el rostro ese
que te miraría
Niña que viniste a mí
convocada por un deseo más grande que la razón
o los augurios
ahora eres una mujer con sus quebrantos
y sus alas
que me reclama la dicha y la plenitud
Callada entre tus ocupaciones
igual que lo haces todo
certera y sin aspavientos
te alistas
para emprender otro viaje
el del amor
el de la pareja
Entre preparativos
vestidos, razones de menú, flores y los regalos
minuciosamente y con dulzura aliñados
para los huéspedes
vas y vienes del consultorio a la casa
con tu rostro de muchacha
Calladamente soy testigo de tu vida
Calladamente te quiero.